La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados.
¿Mujeres?, ¡uhm! ¿que puedo decir...? si ha sido Dios quien las ha creado, este debería ser un jodido genio. ¿El pelo? dicen que el pelo lo es todo. ¿Alguna vez han enterrado la nariz en un monte de rizos y han querido dormirse para siempre?. Sus labios cuando han tocado los tuyos es como ese primer trago de vino después de haber cruzado el desierto. ¿Los pechos? ¡buf!, grandes, pequeños, los pezones mirándote como si fueran reflectores secretos ¿Y las piernas? no importa si son columnas griegas o vulgares palos de escoba. Lo que hay entre ellas es el pasaporte al cielo... Necesito otra copa. Somos una generacion de hombres criados por mujeres, me pregunto si realmente otra mujer será la respuesta que necesitamos.
Yo he llegado a muchas encrucijadas en mi vida. Siempre he sabido cuál era el camino correcto. Sin excepción, lo he sabido. Pero nunca lo he tomado. ¿Por qué?. Porque era jodidamente duro!
Pero recuerden una cosa: no inventen, no engañen, no roben ni beban; pero si inventan, inventen un mundo mejor; si engañan, engañen a la muerte; si roban, roben un corazón y si beben, beban los mejores momentos de su vida... o en su lugar, beban un buen vino, por favor.
Habia pedido otra copa, verdad?... camarero!
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